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Haciendo un recorrido por la carrera 15 usted no solo podrá conocer aquellos lugares que hacen de esta vía una de las más importantes de la ciudad, sino también testigos que han presenciado cada cambio que se ha dado, por ejemplo la Pileta Histórica, una fuente que hizo parte de muchas familias bumanguesas en el siglo pasado y, asimismo, personajes como Jaime García, un santandereano que lleva más de 30 años vendiendo ayacos en la famosa 15 con 37.

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Los hombres de verde

 

Al caer la tarde en una esquina de la antigua Avenida El Libertador o la icónica carrera 15, emblema del comercio de la capital santandereana, se puede percibir el aroma de los tradicionales ayacos acompañados de gritos de Jaime García que espantan el sueño y activan el hambre.

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Clic ahí.

¿Se ha dado cuenta de todo lo que puede encontrar en esta vía? solo basta ver esta galería y ser parte de la experiencia. Conozca  algunos de los lugares emblemáticos de la famosa carrera 15 de Bucaramanga haciendo click sobre la imagen.

 

El testigo de piedra de los cambios de la ciudad

La Concordia, la Puerta del Sol y la Casa de Bolívar han sido el hogar de la Pileta Histórica, una fuente que fue protagonista de cientos de recuerdos de los bumangueses en el siglo pasado, y que aún hace parte de la ciudad. 

Tres círculos escalonados unidos por una columna central que conduce a la parte alta, entregan agua y sacan de la rutina a familias enteras que habitaban en el histórico barrio La Concordia de Bucaramanga. Era 1935 cuando la pileta pública fue inaugurada, encargada de surtir líquido a los habitantes del barrio conocido como ‘el de la prisión’. Un lugar que fue desocupado y demolido para abrir paso a la famosa Diagonal 15.

 

El sitio exacto en que se ubicó esta fuente fue el costado oriental de la avenida La Rosita con carrera 15. En ese entonces todo estaba rodeado de monte, la población no alcanzaba a sobrepasar los 100 mil habitantes, las personas compartían juntas creando diferentes formas de esparcimiento, pero para quienes vivían en el barrio de la pileta, un momento de tranquilidad se reducía en admirar cómo el agua fluía en este parque que irrumpía la tensión que proporcionaba la Cárcel, dejando disfrutar de una de las atracciones existentes en esta época.

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